La primera vez que sentí ese movimiento dentro de mi estómago hinchado, estaba tan asustada. Tan aterrorizada. Porque aquí había algo que podría ser alejado de mí otra vez.
Pero ahora, en la oscuridad, Peeta está mi lado, sonriendo, incluso en su sueño y mi bebé está dormido en su cuna a pocos metros de distancia, ni siquiera tiene 24 horas de vida. Tan fresco como una gota de lluvia.
Mi bebé.
Me negué a llamarla así por mucho tiempo. Simplemente no podía, porque Prim era mi hermana, Finnick era mi amigo, Peeta era mi prometido. Y todos ellos fueron apartados de mí. Nada de lo que es mío está a salvo.
Pero esta personita que es completamente nueva y fresca y no tiene idea de lo que el mundo tiene, es mía. Una parte buena de mí. El tipo de cosa que me recuerda que hay bien en el mundo, y el potencial para la felicidad.
Con mucho cuidado me alejo de los brazos de Peeta. Debe estar en un sueño profundo, ya que ni siquiera se ha movido. La sonrisa pegada en su cara a pesar de que él no es consciente de ella, me hace sonreír un poco. Me imagino lo que está soñando. Eso me hace sonreír de nuevo.
Con cuidado, con el silencio eterno de un cazador nato, me dirijo a la cuna. Mi madre se ofreció a enviar una nueva desde del hospital, pero yo realmente no confiaba en cosas nuevas. Prim y mi cuna antigua fueron destruidas por el fuego, pero ésta pertenecía a Finn, el hijo de Annie. Y no hay muchas personas en las que confío más que en ella.
Echo una ojeada de nuevo, mi corazón comienza a latir rápidamente porque todavía hay una parte de mí que no cree que ella sea real, que algo nuevo y tan perfecto pueda ser confiado a mí después de todo lo que destruí. Pero allí esta ella, tan pequeña y hermosa, respirando tranquilamente, sus pequeñas manos. Todavía estoy shockeada por el gigante sentimiento de amor que siento hacia ella.
Tiene pelo negro como cuando yo era pequeña, pero sus ojos son de un extraño color azul, oscuro y brillante, como Peeta. Estoy tan feliz que tenga sus ojos.
Algo crece dentro de mí mientras me paro en la oscuridad, algo más fuerte y mejor que el llanto. Y por una vez, Peeta insistió en cerrar las ventanas. Pero las cortinas estan todavía abiertas, y se refleja la luz de la luna en este pequeño ser, quien nunca ha escuchado del Capitolio o de Los Juegos del Hambre. Esta alma fresca nunca será perseguida por fantasmas, como yo lo soy. Quiero protegerla, mantenerla a salvo, asegurarme de que se sienta amada y segura.
No había sentido algo así desde Prim. Prim. Hasta pensar en ella hace que se me vengan lágrimas a los ojos. Por como ella habría amado a esta bebé. Cuán buena hubiera sido cuidándola. Y a pesar de su rostro con cabello negro, todo en ella me recuerda a Prim, su hermosa cara, su espíritu tranquilo, como me siento respecto a ella. Es extraño, la mezcla de fuerza con terrible tristeza. Hace que duela dentro mío.
Y de pronto algo mágico pasa, y la pequeña bebé en la cuna abre sus ojos. Y el llanto que esperaba no viene. Ella pestañea un par de veces y sus pestañas son tan pequeñas que apenas puedo verlas, rozan suavemente su cachete. Y me mira como si me conociese, como si supiese que necesitaba ese momento entre nosotras, incluso sin su padre, para recordarme que traer esta bebé al mundo era algo bueno.
Porque Panem es un lugar mejor ahora. Finnick y Boggs y Dios sabe cuántos otros murieron para asegurarse de que eso pase. Y mi bebé, mi hija, ella será una de esas que se beneficiaran con este hermoso mundo que creamos. Ella hace que todo el sacrificio valga la pena.
Levanto su pequeño cuerpo de la cuna, tan tibio, estoy shockeada de que algo tan pequeño tenga tanta vida, y me haga tan feliz de estar viva.
Fuente fic: hunger-games-headcanons
Fuente fanart: feline927
Traducción: Real or not real News