Y por fin...la tenemos!! Jennifer ha dado una genial nota a la revista Harper's Bazzar UK para su edición de Noviembre, haciendo un photoshoot también para el magazine (click aquí para ver las fotos). Ahora, les dejamos la traducción completa de la entrevista...disfruten!
PEDIDO: Si van a compartir todo o parte del post les pedimos que POR FAVOR nos nombren como fuente de la traducción, ya que la misma llevó esfuerzo y trabajo por parte de todo el staff. Por ende, es lo mínimo que solicitamos.
Mi única preocupación, antes de la reunión con Jennifer Lawrence, es que alguien le ha dicho que "limpiara" su actuación. Claro, no estaba mal para la joven ingenua que estuvo en The Late Show with David Letterman y que se comparó a sí misma con un gato que se hace pis en la alfombra roja. Fue entrañable cuando, al subir al podio para recoger su Oscar por Silver Linings Playbook, se tropezó con su vestido, recuperándose con honestidad a quemarropa - 'Ustedes sólo están de pie porque me caí y se sienten mal" - y luego les mostró el dedo a todos en la sala de prensa. Pero se sentía demasiado bueno para durar. De alguna manera, las fuerzas de piedad regulada de las relaciones públicas habrían caído sobre la pobre chica y se burlaron de ella.
En efecto, en la preparación para Los Juegos del Hambre, le dieron entrenamiento sobre los medios - cómo hacer más contacto con los ojos, regular el volumen de su voz y refrenar la risa nerviosa - y durante los Oscar alguien (que no voy a decir quién) le dijo que bajara el tono. “Otras personas se están levantando, se adueñan del escenario y tú suenas como una idiota tartamuda. Ponlo todo junto." Y yo le dije: "No lo estoy haciendo a propósito, me siento incómodo y cuando la gente se siente incómoda saca lo peor. Hago chistes torpes y tartamudeo." Ella se estremece un poco. "Eso fue realmente un momento en que realmente quería que fuera especial. Ese no era el momento que quería ser la chica de Down-Home. Yo quería ser graciosa."
PEDIDO: Si van a compartir todo o parte del post les pedimos que POR FAVOR nos nombren como fuente de la traducción, ya que la misma llevó esfuerzo y trabajo por parte de todo el staff. Por ende, es lo mínimo que solicitamos.
Mi única preocupación, antes de la reunión con Jennifer Lawrence, es que alguien le ha dicho que "limpiara" su actuación. Claro, no estaba mal para la joven ingenua que estuvo en The Late Show with David Letterman y que se comparó a sí misma con un gato que se hace pis en la alfombra roja. Fue entrañable cuando, al subir al podio para recoger su Oscar por Silver Linings Playbook, se tropezó con su vestido, recuperándose con honestidad a quemarropa - 'Ustedes sólo están de pie porque me caí y se sienten mal" - y luego les mostró el dedo a todos en la sala de prensa. Pero se sentía demasiado bueno para durar. De alguna manera, las fuerzas de piedad regulada de las relaciones públicas habrían caído sobre la pobre chica y se burlaron de ella.
En efecto, en la preparación para Los Juegos del Hambre, le dieron entrenamiento sobre los medios - cómo hacer más contacto con los ojos, regular el volumen de su voz y refrenar la risa nerviosa - y durante los Oscar alguien (que no voy a decir quién) le dijo que bajara el tono. “Otras personas se están levantando, se adueñan del escenario y tú suenas como una idiota tartamuda. Ponlo todo junto." Y yo le dije: "No lo estoy haciendo a propósito, me siento incómodo y cuando la gente se siente incómoda saca lo peor. Hago chistes torpes y tartamudeo." Ella se estremece un poco. "Eso fue realmente un momento en que realmente quería que fuera especial. Ese no era el momento que quería ser la chica de Down-Home. Yo quería ser graciosa."
En realidad, es muy graciosa, como un gato. La chica que sale del ascensor del vestíbulo del Hotel Casa del Mar en Santa Mónica vistiendo sandalias Robert Clergerie y unos seriamente desastrosos jeans Ralph Lauren mucho más finos en persona que en pantalla, con largas, largas piernas que ella lanza sobre el lugar con el descuido de una adolescente. Lo primero que hace es tirarse directamente en el sofá, - "Me resulta difícil despertar en estos días," dice ella - y en el curso de nuestra entrevista, se cubre a sí misma a través de los brazos de un sofá y dos sillas, con las piernas izadas a lo largo de un lado. Ella es una de las personas más naturalmente indolentes que he conocido. 'Tu grabadora señala a mi vagina,‘ anuncia. Algo me dice que eso no se encuentra en los entrenamientos de Los Juegos del Hambre.
NO tenía que haberme preocupado. A los 23 años, Jennifer Lawrence es un testimonio del poder de conquista del planeta que fluye de su mezcla de a) la fama, b) el talento en bruto y c) que no le importen demasiado las opciones a) o b). Ella recibió $10 millones por repetir el papel de Katniss Everdeen en la segunda película de Los Juegos del Hambre, En Llamas: el dinero suficiente para que sus abogados llegaran a escribir un testamento - todo se va con su familia y organizaciones benéficas favoritas. No ha tenido la oportunidad de gastar nada de eso. Tenía un apartamento en Santa Mónica, que tiene infestado de paparazzis, por lo que ahora está en hoteles con amigos. Pasó la noche logrando convencer a su mejor amiga Justine que el ascensor de Casa del Mar estaba embrujado. Ese es su mayor temor: los fantasmas. No actuar junto a Robert De Niro. O tropezarse con su vestido delante de 40 millones de personas. El no-muerto.
“Voy a la cama y escucho un ruido, me imagino el escenario más temible que sea posible, y luego mi adrenalina comienza a salir y luego me digo que mi adrenalina tiene que irse, el espíritu se alimenta de mi adrenalina. O si hay una araña. Yo trato de matarla. Y fallo. Genial. Ahora sabe cómo soy. No puedo estar simplemente como, "Oh no, la araña sigue en libertad." No, puedo "esa araña sabe cómo te ves y sabe que trataste de matarla."
Los psicópatas, por otra parte, no le preocupan tanto. "Al menos eso tiene sentido. Duermo con un arco y una flecha debajo de mi cama. Tengo una maza rosa en mi bolso. Estoy como, "Sólo espera, estás entrando en un mundo de dolor".
Hoy el bolso no tiene ninguna maza - ella tiene un guardaespaldas - pero contiene una botella de perfume, un iPhone, algunos multivitamínicos (sin abrir), un parte móvil de un sujetador de silicona de una reciente sesión de fotos y su diario, la primer entrada dice: "Tener un diario siempre me pone nerviosa de que la gente lo encuentre, así que si estás leyendo esto, sólo detente. No seas un lector de diarios. Esas personas apestan". La imagen de su iPhone es de su sobrino. Pregunta. ‘¿No es precioso? ¿Quieres ver lo rápido que cuenta? "Y me muestra un video de un niño de pelo rizado contando del uno al diez.
Diez segundos también es la longitud aproximada del tiempo que le toma a un ser enamorarse de Jennifer Lawrence como si fuera tu hermana. Ella es muy divertida, con algo de honestidad compulsiva y la capacidad de calentar una habitación de los grandes comediantes - Seth Rogen , sólo que más bonita. Cuando le pregunto lo que más le gusta de su nueva vida, no pierde tiempo "El dinero", dice ella, en su voz ronca a lo Bacall.
Pausa.
‘Estoy bromeando. El trabajo, el trabajo... "
Se le da tan poca importancia a las cosas habituales que apuntalan la entrevista de una celebridad - el amor al trabajo, la importancia de lo artesanal, la dedicación al arte de uno, el método detrás de la locura - que a veces toda la estructura amenaza con venirse abajo con sólo pulsar un botón. Ella podría ser el talento más radical que trabaja actualmente en Hollywood - uno puro y natural, un genio en la tradición de los grandes genios slob que incluyen a la joven Elizabeth Taylor y Elvis, con el mismo control sobre las emociones del público, el mismo destello de su alma. Ella ni siquiera tenía la intención ser actriz, pero su primera oportunidad en el negocio vino cuando fue descubierta en la Union Square de Nueva York. "Me ofrecieron una serie de contratos de modelaje poco después, pero los rechacé , yo estaba como, 'En realidad, creo que voy a ser actriz.' Eso fue una cosa muy tonta para hacer a los 14, pero fue probablemente el momento en que mi confianza en mí misma valió la pena." Nunca ha tomado una clase de actuación. No ensaya o investiga sus papeles y sólo memoriza sus líneas la noche antes de cada toma, normalmente se halla comiendo papas fritas y bromeando con el elenco.
"Son normales las papas fritas. Le digo a mi guardaespaldas Gilbert, justo antes de que ellos dijeran "acción" "si no hay Cheez aquí en el momento en que ellos digan "corte" solo vete a casa." Y él empezó a correr. Me hace reír la seriedad con que lo toma. Sólo soy perezosa. Cuando los AD [directores de fotografía] están como, " Lo siento mucho por hacer esto, pero ¿te importaría no decir esa línea?” Yo estoy como, "Amigo. No quiero decir nada de eso. Todo lo que sea más fácil. Créeme, no es mi actuación lo que me está motivando. Quiero tener el catering en el set”.
Y entonces, justo cuando su director empieza a sudar un poco, ella se aleja del parque. "Ella es una de las personas menos neuróticas que he conocido", dice David O. Russell, quien la dirigió a su Oscar en Silver Linings Playbook . "Ella vino al set como un chica prodigio, "¿Cómo es que la gente le pide un autógrafo, Sr. De Niro? " Y entonces ella saltó y se hizo cargo de toda la escena de todos los actores en la habitación. De Niro se volvió hacia mí y asintió con la cabeza, como: "Wow, esta chica es realmente brillante." Le encantó. Es como Michael Jordan. No apretó la mandíbula. Así es como los deportistas pueden ir bajo presión, porque son muy flojos.
Si quieres el momento en que Lawrence ganó su Oscar, esa escena con De Niro - revertiendo el desarrollo de su ju-ju supersticioso deportivo con un discurso magnífico entregado - fue todo. Ella dice que no entendió una palabra de lo que estaba diciendo. Para su nueva película con Russell, American Hustle, sobre una famosa operación del FBI en la década de 1970, interpreta a la mujer bebedora de un estafador, interpretado por Christian Bale. Se levantó para vestirse con un bandó, pieles y uñas acrílicas - interpretar a lo grande y a lo loco "pero este tipo hilarante de locura me hace reír", dice ella. "Tuve la mayor diversión que he tenido como actriz alguna vez". Me siento tan fuera de control tan rápido que cuando David dice "corten" fue como despertar de un sueño. Eso fue exactamente lo que sentí: como despertar. Ahora bien, si hay una película que estoy mirando, estoy como "¿Puedo hacerlo con Christian Bale? ¿Christian Bale? ¿Cristian?¿Cristian? ¿Cristian?'"
De repente ella suena como alguien de 7 años – la pequeña hermana molestando a sus hermanos mayores para que la dejen jugar con ellos. Una de las razones por las cuales su trabajo con Russell es tan fiel es por la fidelidad con la que recrea lo exuberante de su familia allá por Kentucky. “Eramos muy ruidosos, pero apenas alguno de nosotros te llama idiota, nos caes bien.” ella dice de su familia, quienes todavía llevan a cargo un campamento de chicos con caballos y juegos. Ella siempre trataba de juntarse con sus hermanos más grandes, espiándolos y escondiéndose debajo de las camas para ”saltarles encima y molestarlos” o tirando su colonia preferida por el inodoro cuando se negaban a jugar con ella. Ellos preferían pegarse y pelear por quien me maltrataba más. Así que si Blain me pegaba, Ben le pegaría a Blain y vendrían los dos a molestarme a mi. Era divertido. Era un buen acuerdo el que teníamos.”
Las relaciones que ella tenía con sus primas eran otro asunto - "porque los insultos eran más profundos. Ben, Blaine y yo realmente metíamos la pata pero nosotros sabíamos que nunca le diríamos a nuestros padres, pero es lo primero que hacen las chicas, porque ellas quieren hacer tu vida tan miserable como posible, así que al instante traen a tus padres - cartas muy emocionales que los padres leían, pintando a esta persona como las víctimas, una estrategia realmente bien pensada de guerra. Con los hermanos era, 'te odio y espero que te pudras pero no quiero que estés en problemas'. Nosotros nos castigábamos el uno al otro."
Ella es muy observadora, en particular de sus compañeras. Una vez, ella me detiene para mirar fijamente a una muchacha adolescente del otro lado del vestíbulo: cabello hasta debajo de su cintura, como de los 80s, aproximadamente de 12 años. Lawrence estaba hipnotizada. "Hay que ser valiente en aquella edad" ella exclama, 'Uno no puede solamente hacer crecer ese pelo durante la noche. Deber haber estado sometida a esto por realmente mucho tiempo. Así es como los adultos se visten cuando tratan de vestirse, como, únicos y diferentes, y ella es como de 12.' Pregunto si hay un elemento de autorreconocimiento allí. "No", dice, "es Admiración."
Me recuerda algo que Francis Lawrence, el director de los Juegos de Hambre: En llamas, me dijo. "Ella recoge los matices de lenguaje corporal de la gente al instante - en un abrir y cerrar de ojos o un guiñar. Mientras nosotros rodábamos, ella sabía en un segundo cuando yo estaba ansioso. Y no muestro las emociones fácilmente. Ella no está bromeando. La Jen que entró en la máquina es bastante igual a la Jen que salió."
El sacrificio más grande que ella ha tenido que hacer el año pasado, al menos para tal estudiante de naturalismo, es este: la gente que actúa naturalmente alrededor de ella. O, como ella se expresa: "Mi detector de idioteces se apaga todo el tiempo," Su agente y publicista saben que no deben intentar decir cosas como 'Eres maravillosa' y cuando intento elogiar su interpretación ella me para. Puede oír el aire muerto en un instante. La única cosa sobre la que no puede escuchar es la hostilidad pasiva. 'Soy totalmente ciega a ello, ' dice. ' Alguien podría ser totalmente hostil y soy como, "¡Genial! ¡Hasta luego! No es hasta que veo a alguien que realmente es obvio que digo “Wow, me odias.”
Le pregunté sobra la última vez que alguien la hizo llorar. Jen piensa un poco, luego me dice sobre algo que pasó al principio de su carrera. 'Yo era joven. Esta era solamente la clase de m*erda que las actrices tienen que pasar. Alguien me dijo que yo era gorda, que iba a ser despedida si no perdía una cierta cantidad de peso. Ellos trajeron unas fotos donde estaba prácticamente desnuda y me dijeron que lo use como inspiración para la dieta. Era solamente esto. Alguien lo trajo a la luz recientemente. "Ellos pensaron que debido al camino que mi carrera había tomado, esto no me haría daño. De algún modo, después de que gané el Oscar, ya lo he superado.. ¿"Realmente todavía te preocupas por esto " Sí. Yo era una niña. Me hizo daño. No importa que pase.” Ella hace una pausa, “Nunca me pasará otra vez.” Si alguien trata de suspirar siquiera la palabra dieta yo le diré “Vete a la m*erda”
“Sólo saca tu Oscar,” le digo.
“Exacto. ¿Es el muy gordo, idiotas?” Ella se empieza a reír.
He estado entrevistando a actrices de Hollywood durante casi 20 años y nunca he encontrado a nadie que parezca tan con normal como Lawrence, y aún tan obviamente una estrella. Tú pensarías que los dos se cancelarían el uno al otro, pero tal es la magia de su personalidad que su ordinariez y su carisma parecen pasar de la una a la otra, como mellizas, pero en ondas contrarias. Como nuestra hora asignada se convierte en dos, y nuestras dos pasan rápido sobre tres, nos da hambre y recuerdo algo que había prometido a mi esposa, que está de cuatro meses de embarazo: que comería una banana en honor del tamaño de nuestro bebé.
"Esto es algo muy raro," dice Lawrence. "Apoyo eso." El único problema: no hay ninguna banana en el menú en el Casa del Mar.
"Solamente diles que soy superfamosa," dice.
Consigo la atención del camarero.
“Hola” Dice Jen. “¿Tienen algunas bananas en la cocina? Su mujer está embarazada y el bebé es del tamaño de la banana así que quiere comerse una en celebración."
El camarero mira un poco lanzado. "Sí … pienso que tenemos helado, tenemos bananas. ¿Usted quiere un helado de banana split? Puedo hacer que le hagan uno."
"Genial," dice ella. "La gente hace cosas extrañas cuando ellos procrean. Quiero la ensalada de remolacha y el centro de langosta. Y así, soy más normal que él."
El camarero se marcha. "Sabía que conseguirías lo que quisieras. Lo que es extraño es que si vas como "Quiero bananas" ellos estarán como, "Me alegro, pero yo no hago las reglas” Pero si allí está implicado un bebé..."
"¿No piensas que fue el Oscar?"
"De cualquier manera, de nada."
Cinco minutos más tarde, el camarero llega con un centro de langosta, una ensalada de remolacha y un helado de banana. "¿Fue el bebé o Oscar?" Le pregunto a él.
“Mi novia está de 5 semanas” dice, y saca un ultrasonido de su bebe. Nosotros lo miramos y luego él se va.
“Phew,” dice Lawrence.
“¿Qué pasa?"
"Acabo de salvarme a mi misma de una fea situación. Había una cosa."
“¿Qué cosa?”
“En su útero. Había una cosa. Empecé a mirar sus órganos y estaba como '¿Qué es esa cosa ahí? ¿Es eso normal? ¿Debería ella ir al doctor? Y felicitaciones. Sé paranoico.' Pero no lo dije”
“¡Estas mejorando!
“Estoy mejorando,” dice “¿Puedo comerme tu cereza?”
En ese punto, me doy cuenta de algo: Voy a extrañar a esta chica.
Fuente artículo: Tom Shone para Harper's Bazaar UK.
Traducción: Real or not real News
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