Ayer en el aeropuerto, mi familia y yo estuvimos atrapados en un torbellino de paparazzis persiguiendo a la actriz Jennifer Lawrence. Mientras ellos corrían tras ella, tratando de conseguir la toma perfecta, se las arreglaron para empujar a mi hija de nueve años sobre su equipaje.
Ella cayó sobre su bolso y miró hacia arriba en estado de shock, tratando de entender lo que acababa de suceder. La única que parecía darse cuenta fue la misma Jennifer, quien se arrodilló para ver cómo estaba mi hija.
Los paparazzi estaban completamente indiferentes ante cualquier destrucción que pudieron haber causado, pero estaban agradecidos de que Jennifer se había detenido para hablar con mi pequeña hija para que pudieran seguir tomando sus fotos.
Después de dejar nuestras maletas, nos dirigimos a la sala de espera, y Jennifer también se dirigió allí para tomar el mismo vuelo que nosotros.
Cuando nos sentamos, mi hija se acercó a preguntarle si se podía tomar una foto con ella. Jennifer accedió amablemente; mi hija estaba encantada con el encuentro.
Vi esta interacción con malestar. Nuestra fijación por las celebridades y nuestra esperanza de su reflejado de gloria, es una triste realidad en nuestra cultura.
De repente ya éramos mini-celebridades. Cuando se propagó la noticia del incidente, la gente quería escuchar la historia de nosotros. El hecho de que, de alguna manera, la celebridad podría ser contagiosa y de que nos hace más importante para nuestros amigos y familiares, es una ilusión seductora.
Como madre preocupada, vi como mi hija se acercaba a un mundo obsesionado por la celebridad. Mi hija de nueve años de edad había puesto a esta mujer en un pedestal simplemente debido a su fama, no por ningún logro específico.
Como madre, siento que es mi trabajo desarrollar el sentido de autoestima, confianza y orgullo interior, que debería basarse en sus características intrínsecas y el sentido de sí mismo, así como su trabajo duro y logros, cosas que nos llevan tiempo, perseverancia y determinación para lograrlo.
Me gustaría que mis hijos sientan orgullo por quienes son en el interior, no como se ven en el espejo. Las apariencias se desvanecen, pero nuestra belleza interior y los rasgos que nos hacen lo que somos siempre estarán con nosotros.
Quería decirle a mi hija: "Si quieres admirar a Jennifer Lawrence, hazlo porque ella mostró amabilidad y empatía, no porque sea famosa." Una persona puede ser famosa, así como amable y compasivo, pero ser la fama no implica que una persona merezca ser admirada. En este caso, Jennifer Lawrence nos demostró que ella es tan bella por dentro como por fuera.
Fuente: Live Bliss Now
Traducción: Real or not Real News
0 comentarios:
Publicar un comentario