"Si un publicista de Hollywood tuviese que hacer una lista de los tabús para las conversaciones para una joven estrella, podría incluir lo siguiente: defectos personales, dinero, orientación sexual y muerte. Todos estos temas fueron de los que la actriz Jennifer Lawrence habló campantemente mientras desayunábamos hace poco.
“Todo el tiempo fuimos como orgía, orgía, quién va a ver la orgía, que vamos en caso de orgía, necesitamos tomarnos un descanso para asegurar que uno de nosotros pueda ver la orgía”, dijo refiriéndose a una excursión familiar para ver “Sleep No More“, la picante versión interactiva de “Macbeth“, que se está interpretando en Chelsea (no vieron ninguna orgía, lo que el clan de Lawrence consideraron un rollo).
Lawrence, de 22 años, también ha estado pensando acerca de su propia muerte. Sus abogados le están preparando un borrador porque, explica, “ahora soy rica”. No es que no lo supiesen; en el próximo giro se llama a sí misma una campesina y dice que va a Walmart a comprar películas de Rob Schneider. “Me gusta hacer películas, pero eso no significa que no quiera ver una terriblemente aburrida en blanco y negro” -aquí amplificó su sarcasmo con una palabra impublicable- “película muda”, dijo.
Sus propios personajes suelen caracterizarse por su resolución pedernal, no por su volubilidad, pero en persona Lawrence es justo lo contrario, con una insolencia infiltrada que se parece a una reina del baile de primavera de la California de los años 70, y habla como un skater local. En sólo dos años, ha dado un salto inusual, desde personajes independientes a heroína de acción, repitiendo ese ciclo con agilidad mientras retiene su encanto de chica real.
Acuñada como la nominada al Oscar por interpretar a la adolescente de las montañas Ozark en “Winter’s Bone” (2010), y como una estrella de taquilla en “Los Juegos del Hambre” este año, aparecerá próximamente en otro papel en “Silver Linings Playbook“, de David O. Russell.
La película, que se estrena el viernes, está protagonizada por Bradley Cooper como un profesor de instituto de Philadelphia que sufre una depresión tras descubrir el engaño de su mujer. Lawrence es una viuda inestable y loca por el sexo que conoce después de dejar el psiquiátrico. Añadan a Robert De Niro y Jacki Weaver (“Animal Kindgom“) como sus padres obsesionados con los Eagles (un equipo de fútbol americano) y a Chris Tucker como su hospitalizado amigo, y todo el asunto tiene los ingredientes de una alocada comedia. Pero Russell, quien adaptó el guión de la novela de 2008 de Matthew Quick, agrega nitidez y patetismo, creando pronta alabanza para representar el romance, la enfermedad psiquiátrica y la disfunción familiar con humor y riesgo.
La película ganó el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Toronto, un presagio del éxito en la temporada de premios. Rodada antes de que ella se convirtiese en un nombre familiar al interpretar a Katniss Everdeen, la campeona del tiro con arco en “Los Juegos del Hambre” (pero después de haber trabajado en esa película), “Silver Linings Playbook” vuelve a enlazar su nombre a los rumores de poder ganar una estatuilla.
Russell, en la cresta de la ola justo después de su éxito de la película de boxeo ganadora de un Oscar, “The Figther“, tuvo su grupo de actrices para elegir, aunque tuvieron que pasar el examen con Harvey Weinstein, productor de la película (The Weinstein Company compró los derechos del libro justo después de su publicación y habían programado a Sydney Pollack y Anthony Minghella para producirla, pasando la idea a Russell tras sus muertes; la adaptó incluso antes que “The Figther“). Inicialmente preocupado porque Lawrence fuese demasiado joven para interpretar al interés romántico – Cooper tiene 37 años – Russell dijo que le ganó su audición, vía Skype. “Hay una expresividad en sus ojos y en su rostro, por la que muchas estrellas tienen que trabajar, eso es eterno”.
Sin embargo, el personaje, Tiffany, sufrió algunas transformaciones. Primero iba a ser gótica, así que Lawrence se tiñó el pelo de negro. “Hicimos varias pruebas de cámara con ella con maquillaje gótico y esos vestidos punks a cuadros que llevan, y Harvey se volvió loco”, dijo Russell. Lawrence se quedó con el pelo negro y algún otro toque. “El modo en el que funciona, la cruz gótica, todas estas cosas la metieron en el personaje, así que quizás era la mujer más desordenada en el edificio pero también la más confiada”, dijo Russell.
“Jennifer“, añadió, “es una de las personas menos neuróticas que conozco”, y esa confianza, unida a atisbos de vulnerabilidad, es un rasgo que comparte con su personaje. “Siempre da su opinión. No tiene miedo de hablar con nadie sobre cualquier cosa, y todavía puede darse la vuelta y una mentalidad “no importa” de una chica de 18 años. Esa es su versión de ser vulnerable”.
Durante un extraño fin de semana libre del rodaje de la segunda película de “Los Juegos del Hambre” en Atlanta, Lawrence estaba encerrada en una habitación de hotel SoHo con una visión amplia del Bajo Manhattan. Con pantalones negros y una camiseta blanca, se sentó con las piernas cruzadas, o medio tumbada, en un banco a los pies de la cama, aún sin hacer, desayunando y hablando abiertamente sobre su vida, con muchos puntos de humor negro. Perfeccionando su sarcasmo para que sea entendible, “es como, mi prioridad número 1 en la que trabajar”, dijo.
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Dio el crédito a Russell por haberla ayudado a encontrarse a sí misma en la persona fluctuante de Tiffany. “David está dentro de cada uno de estos personajes”, dijo. Incluso la persuadió de hablar con un registro más grave, una hazaña dado que a ella no le gusta su voz profunda natural. “Creo que sueno como un ermitaño”, dijo, “un ermitaño grave y fumador empedernido”.
Lawrence no tiene ningún reparo en hablar sobre su metro ochenta de altura. “Silver Linings Playbook” tiene un pesado número de baile con coreografía, lo que la hizo ponerse nerviosa. “Cuando bailo, parezco mi padre en un baile de primavera”, dijo. “Nunca he entendido mis miembros. Desde la pubertad he sentido que no nos entendemos el uno al otro”. Tras rodar “Los Juegos del Hambre“, Russell le pidió que ganase peso para el papel. “Estaba en plan, “¡Demonios, sí!”", dijo. “Eso nunca pasa en una película”. Pero Tiffany pasa la mayor parte de su tiempo en ropa de entrenamiento, con muchos vistazos cercanos a su figura. “Por un segundo pensé que era el hombre de la cámara”, dijo. “Y entonces me di cuenta que era obviamente, David“. Él dijo, “una de las cosas que me gusta de ella es su feminidad, tanto en su personalidad como en su forma”.
Luego hubo un día que ella llamó, “el día teta” en Marzo, cuando estuvo en una firma de libros de “Los Juegos del Hambre” en Barnes & Noble en Union Square llevando un vestido esmeralda con un profundo, profundo escote. “Ese vestido se veía muy bien puesto”, dijo. “Y entonces, cuando me senté en esa mesa, lo único que podías ver era estos chicos gritando “sus pechos están a quince centímetros por encima de la mesa”".
Su vida cambió profundamente y de repente con “Los Juegos del Hambre“, la adaptación de la primera novela de la trilogía súper ventas para jóvenes adultos de Suzanne Collins, sobre una sociedad distópica donde los niños son sacrificados en unos brutales Juegos. Los fans y críticos debatieron por igual si Lawrence era la más adecuada para el papel, hablando online sobre su físico y su estatus de relativamente nueva. Pero la película, dirigida por Gary Ross, recaudó más de 400 millones de dólares e hizo de Lawrence una de las heroínas de acción más taquillera de todos los tiempos. También la convirtió, de la noche a la mañana, en un objetivo para los paparazzi. “Se torna abrumador, para ir a llorar en mi coche, pero no hasta el punto dónde piense que no quiero hacer lo que estoy haciendo”, dijo.
Hay otras tres películas más de “Los Juegos del Hambre” encargadas: “En Llamas” y las dos partes de “Sinsajo“, las cuales todas serán dirigidas por Francis Lawrence (“I Am Legend“). Su estilo, dice Lawrence, es más fantástico que el de Ross, pero ambos se mantienen fieles al libro, algo obligatorio por los devotos fans. “Es algo de lo que también estoy orgullosa”, dijo. “Como, no me molesta cuando un chico en el bar me dice, “Qué la suerte esté siempre de tu parte”".
Creció como la bebé de la familia, trabajando en la granja de caballos de sus padres y en el campamento de niños a las afueras de Louisville, Kentucky. Aún un marimacho cercano a sus dos hermanos – hacen boxeo- es igual de tontorrona en el set. Llevaba una marca de un mordisco en la mano y dijo que venía de su compañero en “En Llamas“, Woody Harrelson, tras un juego de “dedos-bigote” que inventó y que llaman “Sanchez”. “De hecho él no me mordió; corrí hacia sus dientes”, explicó, como si lo mejorase. Mientras se preparaba para un momento emocionalmente fuerte que involucraba muertes de niños, “me puse una goma en la nariz para que se pareciese a la de un cerdo y salté a hacer la escena”, dijo.
Aproximándose a la edad adulta, Lawrence vive en un apartamento en Los Ángeles y tiene una relación a distancia con su novio desde hace dos años, el actor británico Nicholas Hoult, su compañero en “X-Men: First Class“. Pero teniendo dinero o no, aún está pagando un Volkswagen alquilado. “Estoy ahorrando”, dijo con orgullo.
Su padre, Gary, entró en la habitación para asegurarse que se había levantado, dejando una taza de café extra. Su madre, Karen, sirve como caja de resonancia; fue ella quien aconsejó leer a su hija “Winter’s Bone“, “Los Juegos del Hambre” y “The Glass Castle“, las memorias de Jeannette Walls que Lawrence espera protagonizar.
Comenzó a actuar cuando era una adolescente, apareciendo como la irritable hija en la comedia de situación de la TBS “The Bill Engvall Show“. Pero fue su primer papel en la gran pantalla, como Ree, la dura chica intentando mantener unida a su familia en la película “Winter’s Bone” de Debra Granik, lo que la lanzó a la fama. “En la visible, precisa, y silenciosamente heroica actuación de Lawrence, Ree es como unaAntígona moderna, por lo que las exigencias éticas son a la vez totalmente coherentes y potencialmente fatales”, escribió A. O. Scott en su crítica en The New York Times.
Lawrence nunca ha tenido un entrenador o profesor de teatro. “Es así como puedo ir por la vida libre como un idiota: porque no tengo ni idea de lo que estoy haciendo”, dijo inexpresiva. Pero Ross, quien la eligió como Katniss, dijo que necesitaba poco entrenamiento. “No se complica demasiado”, dijo. “No tiene un proceso auto-indulgente. Es muy tranquila, habladora, es de algún modo parte del equipo porque es muy segura en lo que hace. No tiene mucho de lo que preocuparse”.
Sin embargo, fue lanzada al huracán, por su nominación al Oscar a Mejor Actriz, a los 20 años. “Fue muy, muy rápido”; dijo, empezando con las 12 horas entrevistas que siguieron al anuncio de su nominación. “Era como, 'quiero sentir que ha pasado'. Siento que estoy ocupada. Siento que estoy cansada, estoy cansada de hablar de mí misma, lo cual es muy raro”, dijo. “Es un sentimiento del tipo síndrome premenstrual, cuando algo es tan bueno que estás triste por no poder disfrutarlo completamente”. Perdió contra Natalie Portman, por “Black Swan“.
Pero después de la ceremonia, “pude disfrutarlo”, dijo, “asumirlo y firmar mi nombre “nominada al premio de la Academia Jennifer Lawrence” sobre cualquier cosa”.
Y tuvo su cuota de recuerdos, como su foto en los M&M’s. “Eso fue literalmente, la cosa más genial que he visto jamás”, dijo. “Estaba en plan, “¿Sabes qué? Todo ha merecido la pena tras ver esos M&M’s”".
Si es, como muchos actores dicen diplomáticamente, lo suficientemente afortunada para ser nominada otra vez, Lawrence tiene una mejor comprensión del proceso. Esta vez, dijo, “quiero una pizza con mi cara”."
Fuente: New York Times vía The Hob
Traducción: Los Juegos del Hambre, Real or not real News
1 comentarios:
Esta chica es simplemente GENIAl :D
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