Semana Internacional de Los Juegos del Hambre: Ganadores del Concurso "Minifics de la Trilogía"

Hoy es el último día de esta semana tan especial que unió a tantos fans de Los Juegos del hambre alrededor de todo el mundo! Como miembros de Panem World, encaramos este proyecto y descubrimos lo geniales que son los fans de esta genial trilogía...chats, fotos, concursos, entrevistas, de todo...y ahora llegó el momento de la "ceremonia de clausura".


Iniciamos un concurso, el de los "Minifics de la Trilogía" y hoy bien podemos anunciar a los ganadores! En este post publicaremos los que sí cumplieron con todo lo pedido y que cautivaron nuestra atención con lo que nos contaban. También hoy publicaremos uno de los dos fics que nos llegaron, que son preciosos y también tendrán un lugarcito en el blog...pero todos tendrán premios! Algunos más, otros menos, pero por el simple hecho de participar e interesarse, ya eso significa mucho para nosotras...Nos contactaremos con cada uno vía Facebook y les haremos llegar sus premios entre hoy y mañana...

Y los ganadores son:

María Fernanda, 18 años, Chile


Minific En Llamas

* Mientras en la televisión repetían las imágenes del Distrito 13 en ruinas, Peeta estaba en casa con su padre horneando pan antes que su madre y sus hermanos llegaran de la panadería. Mientras conversaban, de pronto su padre se quedó quieto mirando el televisor, y en él el Pdte. Snow: “Dos vencedores de cada distrito deberán volver a la arena” sentencia. Peeta siente la mano de su padre apretada a la suya, “está bien” le susurra Peeta. Mira a su padre y sabe que sucederá, él morirá en la arena por la chica de la Veta que siempre amó, aquella que le dijo que todo fue por los juegos, aquella que cuando canta hasta los pájaros callan para oírla, aquella que salvó con un pan quemado… y ahora sin dudarlo, daría su vida por salvarla de nuevo.



Minifics Sinsajo

* Peeta apenas consiguió abrir sus ojos. Notó la luz que parpadeaba en el techo y sintió la fría humedad que lo rodeaba. Estaba sentado, pero gruesas correas atadas a sus brazos y piernas le impedían moverse. Los recuerdos surgieron: la arena, el rayo… “Katniss” susurró. La puerta se abrió y junto con la ráfaga de viento entró un hombre vestido de blanco llevando en su mano una pequeña aguja con un líquido verdoso dentro. Peeta tuvo miedo, empezó a entender e intentó controlarse, “amo a Katniss” pensó, “nadie me puede quitar eso”. Cerró sus ojos y sintió el pinchazo en su cuello, una serie de imágenes aparecieron ante sus ojos, y sólo una queda fija: Katniss y él en la playa, besándose. De pronto todo es oscuridad y luego… dolor.

* Amarrado a un silla, Peeta sufría doloras convulsiones debido al veneno de rastrevíspula. La primera vez fue horrible, pero con cada pinchazo el dolor aumentaba al triple y sus recuerdos se distorsionaban convirtiéndose en aterradoras pesadillas que lograban torturarlo durante las pocas horas que lograba dormir. Si no gritaba de dolor, tenía que soportar los alaridos de su compañera de celda, Johanna Mason, la chica del Distrito 7. Peeta notó que con ella no ocupaban el mismo mecanismo, muchas veces escuchó como corría el constante sonido del agua y con él, los gritos tortuosos de Johanna llorando, rogándoles que pararan y jurándoles que no sabía nada sobre el Distrito 13.


Isabel, 13 años, Chile

Minifics Post Sinsajo:

"Una noche de pesadillas me da tiempo para pensar cómo ha cambiado todo. El lugar triste que algún día fue, es ahora un lugar lleno de esperanza. Pero yo estoy aquí y cierro mis ojos y sé que podré verla de nuevo, Prim, cuánto la necesito ¿Por qué ella? 
Cierro los ojos tan solo unas horas de sueño, pero hay alguien más que extraño y es él... Peeta. Como me gustaría decirle que lo siento, que vuelva a recordarme, que lo necesito más que a nadie. Mis ojos se cierran y el recuerdo del tren se queda conmigo.
Decido pasar a ver Haymitch, cuando cruzo la puerta escucho la risa que tanto esperé, él volvió. "Katniss", dice, " Tanto tiempo...podríamos conversar". ¿Será cierto o mis sueños me engañan?. Hay algo en sus ojos, algo que pensé que el hijacking, me había quitado. El odio y la tristeza parecen haber desparecido. Sus ojos son azules como antes. "Claro que sí" digo y los días vuelven a brillar. 
Pintamos, reímos, recordamos, nos protegemos, el sol brilla y el dolor parece sanar; y esta noche cuando despierto de las pesadillas tengo total claridad después de tanto tiempo y aunque la lluvia cae fuerte, me levanto y toco su puerta y ahí esta Peeta. Yo me lanzo a sus brazos y lo beso, el recuerdo de la noche de la playa cruza mi mente. 
-Te amo- le digo. Sus ojos brillan como nunca, pero algo lo lleva a la confusión 
- ¿Tú me amas real o no real? - 
Y esta vez sin titubeos y completamente segura digo: - Real - 
Y sé que la vida puede volver a ser buena. Siempre ha sido él."

Sofía, 13 años, Venezuela: Fic The Hunger Games

El último susurro.

A pesar de que mis piernas están agotadas y magulladas, me encorvo mucho más en un rincón e intento pasar desapercibida. Mitad de mi cerebro está seguro de querer luchar una vez más, y piensa que quizás aún tenga posibilidades de ganar. Pero la otra mitad sosiega esos anhelos, y lo único que desea es rendirse de una vez, y acabar con toda esta pesadilla. Cierro los ojos, pretendo tranquilizarme, pero palabras en la mente me agobian. Mientras acaricio la tierra húmeda que me indica que hay agua en un lugar muy cerca, dejo todos mis pensamientos navegar, y los arrastro a mi memoria hasta casi creer que son reales.
Recuerdo como si fuese ayer el día que pronunciaron mi nombre en la cosecha. Tributo del distrito 5, así me había llamado una chica rubia, de ojos tan claros que parecían trasparentes. Mi corazón se había acelerado bastante, pero no estaba triste, hasta el momento de despedir a mis familiares y amigos. Porque nadie me visitó.
No aspiraba que mi difunta madre me viera, porque estaba a mil metros bajo tierra, o en el cielo. Pero esperaba la mano protectora de mi padre, que aunque me odiase, yo creía que contaría con su apoyo, pero mis intuiciones no se hicieron realidad.

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Probablemente nadie quería desearme buena suerte, pero yo si quería ver por última vez a una persona. Un chico muy especial. La primera persona que pareció reparar de mi existencia. Un apuesto joven de 17 años, con el cabello oscuro, y la piel tan pálida y suave, que provocaba acariciar. Cuando la mujer de cabello rojo y grandes cejas azules del capitolio me nombró delante de mi distrito, Blake me miró, y en sus ojos translúcidos se había grabado la tristeza. Pero no lo vi más, quizás no le vea más.
De un solo estremecimiento vuelvo a la realidad. Inclino mi cabeza, intentando cerrar con llave todos los recuerdos, pero no lo consigo.
¨Que cobarde eres Finch¨- eso lo había dicho mi padre una tarde fresca, y yo me lo estaba repitiendo en el subconsciente.
Tomo fuerzas para levantarme de las hierbas, y los trocitos de árboles que reposan en el suelo impregnado de mis lágrimas. Sé que soy cobarde, soy un fracaso. Mi padre deseaba tener un hijo varón y nací yo. Nunca le dije a Blake que me parecía atractivo y especial. Porque soy tributo del distrito 5, y para su decepción no he matado a nadie en ¨Los Juegos del hambre¨. En realidad, no sé cómo prevalezco con vida. A lo mejor en lo más profundo de mi ser quedan retazos de la personalidad de mi madre, avispada, inteligente, audaz y luchadora.
En silencio camino entre el verdor que nos rodea, de vez en cuando me escabullo, esperando no conseguirme con Cato o con Thresh, no quería conseguir fuerzas para matarlos, y asesinar a alguien por primera vez.
Agudizo mi visión y mis instintos enseguida me ponen alerta. Hay alguien muy cerca, alguien ruidoso que hace crujir cada pequeña ramita. Entonces me doy cuenta.
A poco menos de 10 metros consigo al chico rubio de ojos azules. ¨El enamorado¨ como le dicen los profesionales. Y está tomando frutos oscuros.
Bayas venenosas- responde mi cerebro. Las bayas son infames por el letal jugo venenoso que tienen por dentro.
Si ahorita actuase como en los días anteriores, podría darme la vuelta y sigilosamente irme e idear un nuevo plan en busca de alimentos. Pero no, me quedo mirando fijamente a Peeta, y su forma de olisquear las bolitas ennegrecidas que tiene entre las manos. ¿Qué piensa hacer? ¿Se las comerá? No lo creo. Él es inteligente, tal vez esté ideando una estrategia.
Pero entonces vuelve a ver las bayas, y actúa como si intentara introducírselas en la boca. El corazón se me acelera, y empiezo a sentir un calor entre las piernas que desean impulsarme, para correr hasta Peeta y decirle que no debe consumir eso. Pero me quedo inmóvil, odiándome más por esa actitud egoísta.
No puedo negar que le tengo envidia a Katniss. Por ser tan afortunada de recibir las tiernas miradas que Peeta le ofrece desde el entrenamiento. Ojalá Blake y yo pudiésemos estar juntos.
Empiezo a caminar hasta Peeta. Le diré que deje eso. No creo que quiera hacerme daño, y si lo hace, ojalá que mi muerte sea rápida y no tan sangrienta.
Antes de dar un próximo paso, miro al suelo, y veo un pedazo de tela envolver las bayas mortíferas. Mi cerebro empieza a ordenar el rompecabezas, y un nuevo plan me produce un cosquilleo en el estómago. Me inclino hacia la tierra y tomo un par de Las Jaulas de Noche, y la rodeo entre mis dedos, acariciándolas con sumo cuidado. Robar la comida se me ha hecho fácil. Es extraño, pero nadie se da cuenta. Ilógicamente así es como he sobrevivido.
Peeta parece querer comerlas sin darse cuenta de que son bayas letales. Katniss no está cerca. ¿Cómo podía yo alarmarla para indicarle que Peeta corre peligro y que debe salvarlo? Suicidarme parecía la mejor opción. Solo quedamos 5: Cato, Thresh, Katniss, Peeta y yo. Si no actúo rápido, mi muerte será dolorosa, y pasaría por los Juegos del Hambre sólo como un objeto inútil.
Acerco las bayas a mi boca y casi puedo sentirlas sobre mis labios. Lo pienso una vez más. No podría matar a nadie, más que a mí misma. Si me arrepintiera de lo que pienso hacer, y ganara, volvería a casa, y… ¿qué? No tengo a nadie por lo que quiera volver. Pero puedo irme haciéndole un favor a Katniss. Cuando muera, Katniss irá hacia donde está Peeta. Y ella es inteligente, ella lo detendrá. Ojalá uno de los dos gane. Porque ya yo he hecho suficiente. Pude resistirme todos estos días, pero si no puedo matar a nadie, tampoco podré ganar.
Pienso en el capitolio y su estúpida forma de vernos morir, pienso en mi padre, que me odia tanto, que duele. Pienso en mi madre, también era inteligente como yo, pero murió y yo debo morir. Finalmente pienso en Blake, y su hermosa sonrisa.
Procuraré comerlas rápido, y morir rápido para que Peeta siga con vida. Ni siquiera haré un conteo regresivo en mi mente. Las empotro en mi boca rápidamente y cierro los ojos, para no ver lo borroso de la muerte. No me da tiempo de más nada, mis piernas se debilitan y caigo hacia atrás, de forma tan silenciosa como los pasos que antes daba. Entonces mis pensamientos se convierten en sólo un susurro.

...El staff de Real or not real News...

Fan art Foxface: friedChicken365

4 comentarios:

Emily 333 dijo...

El último susurro fue simplemente hermoso :'(

azucarillo dijo...

El " post sinsajo" esta hermoso, para mi ese es el sentimiento que me hubiera gustado sentir al terminar el libro,.... Si hay dolor y tristeza .....pero también la sensación de que hasta en las peores circunstancias, siempre hay algo bueno, que saca lo mejor de uno mismo. Me gusto que ellos encontrarán el amor contra todo pronóstico y que ella lo aceptara....que encontrarán el amor en un lugar sin esperanza.

Val dijo...

ow lo ame, no hay palabras para decir lo hermosos q son estos minifics :'3...Hay tantas cosas que me hacen conmoverme, sentir lo mismo q senti cuando lei los libros por primera vez...lo ame todos y el ultimo susurro me dejo sin palabras :'''3

Anónimo dijo...

Gracias Atrapada en la realidad y Sunny<3.

Sofía.

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