Lo que se lleva ahora en la literatura juvenil es la
distopía, una especie de utopía perversa totalmente opuesta a la
sociedad ideal.
Madrid,
España.- "Los juegos del hambre", de Suzanne Collins, no es más la punta
del iceberg de un fenómeno que, aunque hoy de moda, no es nuevo, y tuvo
sus orígenes en clásicos como "La máquina del tiempo", del británico
Herbert George Wells, uno de los padres de la ciencia ficción y de los
primeros en inaugurar los viajes a través del tiempo.
Pero aunque
Wells abrió el camino a este subgénero no fue el único. Le siguió su
compatriota Aldous Huxley con la publicación, en 1932, de "Un mundo
feliz", una obra en la que el británico anticipa el desarrollo
tecnológico reproductivo para arrojar un supuesto mundo feliz por el
cual hay que pagar un alto precio.
"Rebelión en la granja", de
George Orwell, o "Farenheit 451", de Ray Bradbury, son solo otros
ejemplos clásicos que precedieron al género distópico, cuyo denominador
común es la puesta en cuestión de los avances tecnológicos por encima de
valores universales como el amor o la amistad, por encima, en
definitiva, de los sentimientos.
HACER PENSAR
Pero si
la literatura distópica tiene un valor añadido es el de hacer pensar,
el de hacer reflexionar al lector sobre los supuestos beneficios a
futuro de tanto desarrollo tecnológico a cambio de una deshumanización
total.
La inquietante trilogía de Susanne Collins "Los juegos del
hambre" (2008) ha logrado impactar a millones de lectores de todo el
mundo poniendo el dedo en la llaga con una cruel historia, centrada en
unos juegos anuales televisados en los que veinticuatro jóvenes deben
luchar entre ellos para que finalmente solo sobreviva uno de ellos.
"El
corredor del laberinto", de James Dashner, con tintes
postapocalípticos; "Juntos", de Ally Condie, en el que los dirigentes de
la sociedad dictan las vidas de sus miembros y determinan sus muertes; o
más recientemente "Delirium", de Lauren Oliver, en el que un
medicamento obligatorio tras una pandemia de una enfermedad llamada amor
anula los sentimientos, son un buen ejemplo de los últimos triunfos de
la distopía entre los jóvenes.
Cansados ya de tanto vampiro,
hombre lobo y ser paranormal, los adolescentes buscan ahora refugio en
hipotéticas sociedades futuras regidas por gobiernos totalitarios que
ejercen un control absolutamente despótico sobre sus miembros,
obligándoles a luchar por la supervivencia.
Click en Leer Más
Entre las virtudes del
género destaca su llamada de atención advirtiendo contra formas de
gobierno dictatoriales y las ficticias ventajas de ciertos avances
tecnológicos, muchas veces relacionados con la manipulación genética,
cuando se sitúan por encima de la racionalidad, los sentimientos y las
personas.
Como denominador común de todos ellos destaca la
reflexión a la que llevan al lector, en cuya cabeza permanecen las
advertencias sobre los riesgos a los que, de persistir por el mismo
camino, nos enfrentaremos en un futuro no muy lejano, y la necesidad de
valorar más el presente y al individuo por sí mismo.
En las listas
de éxito internacional destacan dos sagas o series asociadas a
películas: "Juego de tronos" y "Los juegos del hambre", según los datos
facilitados a Efe por Alfaguara Juvenil.
En literatura infantil
lidera la licencia de "Gaturro", del humorista gráfico Nik, en formato
de cómic y electrónico; así como los títulos de la serie "Natacha", de
Luis Pescetti, con fuerte presencia en el mercado argentino, y autores
como Elsa Bornemann y sus populares cuentos de terror como "Socorro".
No
obstante, en México, la tendencia de consumo en este año del mercado
juvenil se centra en sagas de contenido "atrevido" y una pequeña dosis
de crítica social.
En este sentido, según la misma editorial en
México, el género de lo paranormal ya no atrae a los jóvenes, que ahora
buscan un "contenido que les rete" y con cuyos personajes e historia "se
puedan identificar".
"Los juegos del hambre" y "Juego de tronos"
no son una excepción en México, dónde también triunfan entre sus
adolescentes, además de la trilogía de Amanda Hocking o "50 sombras de
Grey", que están entrando en el mercado mexicano con mucha fuerza.
Habrá
que esperar para comprobar la firmeza de este nuevo fenómeno editorial
pero, mientras tanto, brindará a los jóvenes lectores una buena
oportunidad para reflexionar acerca del futuro que nos aguarda.
DESTACADOS:
*
"El corredor del laberinto", de James Dashner, con tintes
postapocalípticos; "Juntos", de Ally Condie, en el que los dirigentes de
la sociedad dictan las vidas de sus miembros y determinan sus muertes; o
más recientemente "Delirium", de Lauren Oliver, en el que un
medicamento obligatorio tras una pandemia de una enfermedad llamada amor
anula los sentimientos, son un buen ejemplo de los últimos triunfos de
la distopía entre los jóvenes.
* La inquietante trilogía de
Susanne Collins "Los juegos del hambre" (2008) ha logrado impactar a
millones de lectores de todo el mundo poniendo el dedo en la llaga con
una cruel historia, centrada en unos juegos anuales televisados en los
que veinticuatro jóvenes deben luchar entre ellos para que finalmente
solo sobreviva uno de ellos.
* Según la editorial Alfaguara, en
México, el género de lo paranormal ya no atrae a los jóvenes, que ahora
buscan un "contenido que les rete" y con cuyos personajes e historia "se
puedan identificar".
Fuente vanguardia
0 comentarios:
Publicar un comentario